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Reconciliación
El sacramento de la reconciliación nos libera de nuestros pecados y nos desafía a tener el mismo tipo de compasión y perdón para aquellos que pecan contra nosotros. Somos liberados para ser perdonadores. Obtenemos una nueva perspectiva de las palabras de la oración de San Francisco: “Perdonando somos perdonados”.
El Sacramento de la Penitencia es un don de Dios para que podamos perdonar cualquier pecado cometido después del Bautismo. En la confesión tenemos la oportunidad de arrepentirnos y recuperar la gracia de la amistad con Dios. Es un momento sagrado en el que nos ponemos en su presencia y reconocemos honestamente nuestros pecados, especialmente los pecados mortales. Con la absolución, nos reconciliamos con Dios y con la Iglesia. El Sacramento nos ayuda a permanecer cerca de la verdad de que no podemos vivir sin Dios. “En él vivimos, nos movemos y existimos” (Hechos 17:28). – del Catecismo Católico de los Estados Unidos para Adultos